domingo, 26 de febrero de 2012

Drones en Galicia

Según informa el Confidencial Digital, el secretario de Defensa norteamericano  habría comunicado al ministro de Defensa español, Pedro Morenés, durante la última cumbre de ministros de Defensa de la OTAN, el interés de Estados Unidos por ubicar una importante base de aviones no tripulados en España, mostrando para tal ubicación dentro del territorio nacional su preferencia por Galicia. Más aún, según  CD, la ubicación que maneja el Pentágono es la del aeródromo de Trasmiras, en Orense. El motivo sería trasladar a España la actual base norteamericana para este tipo de aeronaves que se ubica en la localidad italiana de Sigonella, donde, aparentemente, se acusan demasiados problemas por la congestión del espacio aéreo en la zona.
Recientemente se confirmaba que la OTAN gastará en los próximos años más de 3.000 millones de euros en comprar y operar cinco aviones espía no tripulados Global Hawk, fabricado por la compañía estadounidense Northrop Grumman,  desde la base de Sigonella y que serán utilizados en un programa de vigilancia terrestre. El proyecto tiene como objetivo ofrecer a los responsables militares una imagen global de la situación sobre el terreno obtenida a gran altura e independientemente de las condiciones meteorológicas y de luz.
La OTAN, que lleva dos décadas trabajando en su desarrollo, encontró durante años grandes dificultades para financiar la iniciativa y logró finalmente un acuerdo al respecto la pasada semana. Aunque aún está pendiente de formalidades, se prevé que todos los contratos se firmen antes del verano, siendo 13  los países que se harán cargo de la compra de los cinco Global Hawk: Bulgaria, República Checa, Estonia, Alemania, Italia, Letonia, Lituania, Luxemburgo, Noruega, Rumania, Eslovaquia, Eslovenia y Estados Unidos.
Se estima que los aparatos y toda una serie de infraestructuras necesarias para que puedan operar tendrán un coste de algo más de 1.000 millones de euros. Aunque sólo trece países pagarán por la compra de los aviones, éstos serán puestos a disposición del conjunto de la Alianza, así, los gastos de operar el sistema de vigilancia correrán a cargo de los 28 miembros de la OTAN. Se calcula que éste costará al menos 2.000 millones de euros durante los próximos 20 años.
La OTAN planea que los primeros “drones” comiencen a operar en 2015, pero el sistema no tendrá “capacidad plena” hasta 2017. El programa, denominado Alliance Ground Surveillance (AGS), complementará al sistema AWACS de vigilancia aérea con el que ya cuenta la Alianza Atlántica. Por su parte, Estados Unidos  cuenta hoy  con varios centros neurálgicos para las operaciones con este tipo de aviones. Dos de ellos están en Estados Unidos ( en Edwards y Maryland), otro en Qatar (Doha), otro en la Isla de Guam (en el Pacífico) y otro en la congestionada Sigonella.
Defensa.com